1. ¿Qué es formar y qué es evaluar las
competencias?
Formar
las competencias no es originarlas, en sí ya existen, lo que se tiene que hacer
es a través del contexto socioeconómico, político y cultural brindarles un
sentido para la formación de los estudiantes. Evaluar las competencias es ver
como el estudiante se desenvuelve e interactúa
en base al contexto socioeconómico,
político y cultural en que se ha formado la competencia.
2. ¿Cómo asumir la evaluación de las
competencias dentro del proceso de formación integral de la persona?
Una
sola visión no es suficiente para evaluar las competencias, estas son
integrales porque existe la interdisciplinariedad, es decir, las personas
tenemos diferentes habilidades, destrezas y conocimientos para resolver
problemas o desarrollar proyectos. Para evaluarlas hay que tener en cuenta una
gran cantidad de factores y comprender al ser humano, no como una máquina y si
como un ser vivo, con inteligencia, ideas, emociones y sentimientos.
3. ¿Cómo orientar la evaluación de las
competencias para que no se limite a responder pruebas escritas?
La
evaluación de las competencias se puede evaluar mucho mejor a través de
trabajos en los cuales el estudiante aplique todos los conocimientos adquiridos
en clase, es decir, se trata de hacerlos pensar, reflexionar y que apliquen sus
conocimientos en situaciones reales, esto los obliga a estudiar, regresar a los
apuntes e incluso a investigar.
4. ¿Cómo evitar que se oriente la
evaluación de las competencias sólo desde lo que valora y requiere el mercado
laboral, sin considerar los retos personales, sociales, culturales y políticos?
Una
de las ventajas de las competencias es que como son integrales, el docente
puede incluir otro tipo de competencias que vayan más allá de lo que requiere
el mercado laboral, en sí, estamos
formando seres humanos y no maquinas, el mundo del trabajo requiere solo
ciertos conocimientos y habilidades, en su mayoría específicos, por lo que la evaluación
puede contener otro tipo de saberes relacionados con el ser humano integral.
5. ¿Cómo evaluar el saber ser, el saber
hacer, y el saber conocer en las competencias?
Para
evaluar el saber ser, el saber hacer y el saber conocer se puede enfrentar al
alumno a su objeto de conocimiento o de estudio, ahí el docente puede evaluar
su desarrollo y la aplicación de las competencias adquiridas, pero dentro de
ellas, van implícitos los saberes, los cuales son difíciles de apreciar, por
ejemplo, en la materia de Arte y Estética, al momento de llevarlos a un Museo,
tienen que aplicar todos esos conocimientos que en el aula han adquirido, pero
también es un proceso formativo, ya que el estudiante, se da cuenta que el arte
se encuentra a su alcance, lo puede vivir, gozar y apreciar, ante esto el
estudiante demuestra su gusto por la experiencia sensible.
6. ¿Cómo evaluar las competencias para
trascender el énfasis que todavía se pone sobre la evaluación de contenidos en
la educación?
Evaluándolas
de manera integral, es decir, hay que tomar en cuenta todos los factores que están
implícitos dentro de una competencia, incluso hay competencias que uno no se da
cuenta que está desarrollando, por ello es que es necesario hacer una severa
reflexión del quehacer docente. No se trata de dejar de fuera los contenidos,
simplemente de ver otro tipo de conocimientos y habilidades que se pueden
desarrollar para enriquecer en este sentido la evaluación.
7. ¿Cómo lograr un cambio de actitud en
los docentes respecto a la evaluación?
El
problema radica en que muchos docentes difícilmente quieran dejar de calificar
para comenzar a evaluar, ello requiere otro tipo de métodos, aplicaciones y forma de pensar, de hecho, cada
grupo es diferente al igual que cada alumno, y se les tiene que evaluar de
manera diferente, esto implica trabajar doble o hasta triple. Para lograr un
cambio se requiere de un convencimiento del docente hacia su quehacer, para
ello hay que brindarle al docente los elementos y motivación necesarios para
despertar en ellos hacer cambios en este sentido.
Variables
que influyen en el proceso de evaluar
1. La calidad de la relación
docente-alumno.
Debe
de existir una excelente relación docente-alumno, sin traspasar los límites del
respeto y de actividad tanto del docente como la del alumno, esto implica un
trabajo muy fino, ya que la línea en el
cual el docente motive al estudiante y logre comprometerlo con la materia y con
las actividades en clase.
2. La competencia del docente para
orientar la evaluación.
Aunque
parezcan la misma cosa, calificar y evaluar son cosas muy distintas, evaluar es
un todo un proceso que requiere una formación por parte del docente, con la
cual desarrollará la competencia para evaluar.
3. La consideración de logros y aspectos
a mejorar en cada alumno.
Una
parte muy difícil es considerar los logros de cada alumno, en bachillerato
se debe de tener en cuenta el perfil
personal, sus inclinaciones, un estudiante puede ser bueno para unas materias y
para otras no, por ello un logro que pueda parecer mediano, en ciertos alumnos podríamos
estar hablando de un gran logro, considerando su vocación y sus expectativas.
Lo que podemos mejorar es que cada alumno funciona y trabaja de manera
diferente, lamentablemente aunque se les evalué de diferente manera, la calificación
será siempre diferente.
4. El análisis de la motivación y las
estrategias que cada estudiante tiene para aprender.
Cuando
un docente tiene cerca de 250 alumnos, es casi imposible realizar un análisis individualizado,
las estrategias las tiene que realizar por grupo, para de esta manera ser lo más
eficaz posible. Si se trata de un solo grupo y reducido, se puede realizar el análisis
de la motivación y las estrategias. Esto puede llegar a ser una poderosa
herramienta para que el estudiante pueda aprender de manera eficiente.
5. La forma como la evaluación contribuye
al autorreconocimiento y a la construcción de la autoeficacia y la autoestima.
El
docente se tiene que centrar más en los aspectos positivos del alumno, para
poder potencializarlo, pues al centrarse en los aspectos negativos, no podrá
obtener lo mejor del estudiante, por ello, la evaluación implica un cambio de
mentalidad, en vez de ser una especie de castigo y de medición, tiene que ser
un elemento fundamental de la educación que ayude al estudiante a autorreafirmarse
y elevar su autoestima, esto es formar ciudadanos sociales que pueden
desenvolverse en cualquier ámbito que se les presente
.
.
6. La aportación de la evaluación a la
realización personal, como proceso que ayuda a alcanzar los sueños, ideales y
metas en la vida. Esto se hace todavía más complejo cuando se aborda la
evaluación desde la formación basada en competencias, pues se agregan nuevas
variables: 1) un currículo por competencias; 2) considerar criterios y
evidencias durante la evaluación; 3) buscar evaluar los diferentes saberes en
las competencias; 4) abordar la evaluación para el desarrollo de personas
competentes, íntegras e integrales; y 5) retroalimentar a los estudiantes
respecto a las competencias con base en estrategias pertinentes al proceso de
aprendizaje.
La
evaluación puede marcar a un alumno, en la variable anterior, si nos enfocamos a los aspectos negativos
podemos llegar a deformar al alumno en vez de formarlo, el docente tiene que
ser una guía y orientar a los estudiantes, la aprobación es fundamental para
desarrollar buenos ciudadanos, personas, seres humanos. Claro, es importante no
aprobar simplemente por el hecho de no reprobar, el alumno tiene que hacer su
labor que es estudiar, prepararse y realizar las actividades que se le
solicitan.
De
igual forma es fundamental entender que el alumno es quien se aprueba o
reprueba, el tiene su destino en sus propias manos, el maestro como el guía que
es, dentro de sus funciones tiene que evaluar y
lamentablemente poner una calificación, que es la medición del
conocimiento del alumno. Por eso el
maestro, profesor, docente, debe de tener en cuenta un gran sin numero de
factores sin olvidar que también es ser humano, que aunque perfectible, también
esta propenso a cometer errores.
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